Resistencia a los Antibióticos: Un problema mundial que nos involucra a todos ¿qué estamos aportando para solucionarlo?

Del 13 al 19 de noviembre se llevó a cabo la campaña mundial sobre la concienciación del uso racional de antibióticos propuesta convocada por la Organización Mundial de la Salud desde el año 2015  para luchar contra la resistencia a los antimicrobianos, incluida la resistencia a los antibióticos, que es el tipo de farmacorresistencia que más urge atajar. Los antibióticos son medicamentos utilizados para prevenir y tratar las infecciones bacterianas, pero debido a su disponibilidad generalizada, su carácter familiar, su costo generalmente bajo y su relativa inocuidad, los antimicrobianos se encuentran entre los medicamentos que más se utilizan de forma incorrecta.

La resistencia a los antibióticos se produce cuando las bacterias mutan en respuesta al uso de estos fármacos. Son las bacterias, y no los seres humanos ni los animales, las que se vuelven resistentes a los antibióticos. Estas bacterias farmacorresistentes pueden causar infecciones en el ser humano y en los animales y esas infecciones son más difíciles de tratar que las no resistentes. La resistencia a los antibióticos hace que se incrementen los costos médicos, que se prolonguen las estancias hospitalarias y que aumente la mortalidad. Es necesario que se cambie urgentemente la forma de prescribir y utilizar los antibióticos. Aunque se desarrollen nuevos medicamentos, si no se modifican los comportamientos actuales, la resistencia a los antibióticos seguirá representando una grave amenaza. Los cambios de comportamiento también deben incluir medidas destinadas a reducir la propagación de las infecciones, a través de la vacunación, el lavado de las manos, la seguridad de las relaciones sexuales y una buena higiene alimentaria.

Se pueden adoptar medidas en todos los niveles de la sociedad para reducir el impacto de este fenómeno y limitar su propagación. Para prevenir y controlar la propagación de la resistencia a los antibióticos:

La población general puede:

  • Tomar antibióticos únicamente cuando los prescriba un profesional sanitario certificado.
  • No pedir antibióticos si los profesionales sanitarios dicen que no son necesarios.
  • Seguir siempre las instrucciones de los profesionales sanitarios con respecto al uso de los antibióticos.
  • No utilizar los antibióticos que le hayan sobrado a otros.
  • Prevenir las infecciones lavándose frecuentemente las manos, preparando los alimentos en condiciones higiénicas, evitando el contacto cercano con enfermos, adoptando medidas de protección en las relaciones sexuales y manteniendo las vacunaciones al día.
  • Preparar los alimentos en condiciones higiénicas tomando como modelo las cinco claves para la inocuidad de los alimentos de la OMS (mantener la limpieza; separar alimentos crudos y cocinados; cocinar completamente; mantener los alimentos a temperaturas seguras; y usar agua y materias primas inocuas), así como elegir alimentos para cuya producción no se hayan utilizado antibióticos con el fin de estimular el crecimiento ni de prevenir enfermedades en animales sanos.

Los profesionales de la salud pueden:

  • Evitar las infecciones velando por la limpieza de las manos, el instrumental y el entorno.
  • Prescribir y dispensar antibióticos solo cuando sean necesarios, de conformidad con las directrices en vigor.
  • Notificar las infecciones resistentes a los antibióticos a los equipos de vigilancia.
  • Informar a los pacientes sobre cómo tomar los antibióticos correctamente, la resistencia a estos fármacos y los peligros de su uso indebido.
  • Informar a los pacientes sobre cómo se pueden prevenir las infecciones (por ejemplo, vacunándose, lavándose las manos, velando por la seguridad de las relaciones sexuales o cubriéndose la boca y la nariz al estornudar).

El sector agrícola puede:

  • Administrar antibióticos a los animales únicamente bajo supervisión veterinaria.
  • No utilizar antibióticos para estimular el crecimiento ni para prevenir enfermedades en animales sanos.
  • Vacunar a los animales para reducir la necesidad de antibióticos y utilizar alternativas a estos siempre que las haya.
  • Fomentar y aplicar buenas prácticas en todos los eslabones de la producción de alimentos de origen animal y vegetal.
  • Fomentar la seguridad biológica en las granjas para prevenir las infecciones mediante la mejora de la higiene y el bienestar de los animales.

No esperemos más para contribuir con nuestro granito de arena.  La responsabilidad nos involucra a todos. Piénsalo dos veces, la era de los antibióticos se nos acaba.

En IMAT ONCOMEDICA contamos con el servicio de infectología, liderado por la doctora Mara García, que se encarga del manejo de las enfermedades infecciosas de los pacientes onco-hematológicos e inmunosuprimidos a causa de medicamentos, quimioterapia o enfermedades oncológicas, que se encuentran hospitalizados.  De igual modo, se brinda apoyo a los intensivistas en el manejo antibiótico de los pacientes que se encuentran en la unidad de cuidados intensivos. Además, prestamos el servicio consulta externa especializada de infectología, y asesoría al comité de control de infecciones institucional.

Mara García M.D. 

  • Especialista en Medicina Interna de la Universidad de Buenos Aires – Hospital Central de San Isidro Buenos Aires. Argentina.
  • Escpecialista en Enfermedades Infecciosas de la Universidad Católica de Argentina – Hospital Alemán de Buenos Aires. Argentina.

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